José Gutiérrez Alaiz/LEÓN 7 DÍAS
El próximo día 15 de febrero finaliza la temporada de caza del jabalí en Castilla y León. Siempre es difícil hacer balances, se generaliza, y los resultados quedarán escasos en algunas zonas y abundantes para otras. La temporada comenzó a mediados de septiembre con malos resultados generales en las cacerías de León. Incluso en las reservas regionales de caza fueron muy malos al principio. Al final ha habido mejores resultados.
¿A qué se debe esta variación? Desde luego la progresión del jabalí como especie es evidente y suficientemente contrastada. Cada vez hay más. Se han podido ver en Tierra de Campos, en la media veda, en lugares donde es impensable su presencia por la falta de vegetación en la que se protejan. Pero los jabalíes ahí están.
A medida que la temporada ha ido avanzando las cacerías han tenido mejores resultados. ¿Qué explicación se puede dar? La nieve en la montaña que los ha desplazado más abajo, pero claro, es que también se han cazado más en la montaña avanzada la temporada. También cuando se acaba la caza menor hay un buen grupo de cazadores que se dedican desde ese momento a la mayor, y el jabalí es el objetivo.
Este último fin de semana del 6 y 7 de febrero ha habido cacerías muy buenas en toda Castilla y León. Una impresionante en Mucientes, con más de 30 abatidos. O la famosa de La Isla de Boñar, donde en dos horas de cacería se habían abatido 36 ejemplares y la dirección del coto decidió suspenderla para no elevar la cifra. Hay también datos de varias cacerías que superaron la decena de jabalíes y algunos de muy buen tamaño.
Esta especie es apreciada por unos cazadores y denostada por otros, siempre es objetivo de todos los cazadores. Convive perfectamente con otras especies de caza mayor, sin embargo es muy dañina para la caza menor, diezmando sus poblaciones de conejo y perdiz, cuando coinciden en el mismo espacio. En los momentos de nidificación son absolutamente dañinos para las aves que utilizan el suelo para sus nidos.
La conclusión es que el jabalí sigue progresando. Dando satisfacción a muchos apasionados cazadores y también causando algún accidente de tráfico, con los problemas que ello conlleva por la indefinición normativa que de momento regula estas situaciones.
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